Bueno ya que estaba allí, se llegaría a ver a Pablo, que si
estaba enfermo estaría en su cuarto,
posiblemente solo, le podría acompañar hasta que llegasen los demás amigos, avanzo lentamente por el establo, el heno caído acariciaba sus patas y era algo que siempre le había gustado le hacía cosquillas…
posiblemente solo, le podría acompañar hasta que llegasen los demás amigos, avanzo lentamente por el establo, el heno caído acariciaba sus patas y era algo que siempre le había gustado le hacía cosquillas…
Llamo a Pablo…
-
Pablo, Pablo… estas aquí
-
Si,
Matilde estoy en mi cuarto, no puedo salir. El amo me ha atado, por que no
puedo salir, debo descansar.
Matilde llego hasta la puerta y vio a su amigo Pablo, allí
atado a la puerta, no parecía que estuviese grave, así que le pregunto.
-
¿Cómo te encuentras hoy?
De pronto de entre la paja, del techo y de todos los
rincones salieron sus amigos que le gritaron…
-
¡Sorpresa!
Matilde no daba crédito a lo que veía, sus amigos estaban
allí, y le habían dado una sorpresa. Pero si no era ni su cumpleaños, ni su
santo… ¿a que se debía ello?
Pablo le dijo:
-
Matilde sabemos que no es tu cumpleaños, pero
queremos darte unos regalos, para que ves que tus amigos, te quiere.
Carla, la liebre, se acerco y le dijo…
-
Matilde, toma un patinete con el podrás ser tan
rápida como yo
Raúl, el pavo real…
-
Yo también tengo un regalo, mira este sombrero
hecho con mis plumas podrás ser tan hermosa como yo…
Karina, Sabrina y Nuria… las mariposas se acercaron con unos
pinceles…
-
¿Matilde, nos permites pintarte tu casita?
Y comenzaron a pintar
su caparazón con vivos colores, rojos, rosas, azules… su caparazón era un
autentico arco iris de colores. Ella miraba a todos, estaba sorprendida con ese
regalo.
Pedro, Nuria, Samanta, José y Carlos, el búho, la paloma, la
lechuza, el pato y el ganso respectivamente, se acercaron con un cesto con
flores…
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