No existe en la Tierra mayor placer que besar tus carnosos "labios",
y entre tus piernas aliviar mi sed,
emborrachandome de tu nectar,
saboreando las más dulces esencias,
recibiendo en mi labios la ambrosía
del maná que alimenta mis débil alma.
Mis dedos penetran en la "cueva"
mi lengua es solo tuya:
bebe, chupa, succiona, lame
tu cuerpo es una tormenta en ese instante
y yo estoy a la deriva, trato de seguirte….
pero te pierdo entre gritos y gemidos.
En esos momentos mi lengua parece cobrar vida propia,
se mueve avidamente arriba y abajo
al ritmo que marca, tu respiración acompasada
y tus uñas se hunden lentamente en mi espalda,
en un proceso de infinito deseo,
mi cerebro no obedece más que tus sentencias
desvaneciéndose en el tiempo y en tu tiranía
hasta lograr transportarte a un país hermoso y lejano
Entonces tu amor se desborda sobre mi boca,
que recibe agradecida tu nectar divino
y llorando me pregunto si habrá placer mayor
que el de poder servirte y amarte cada día,
y poder gozar, contemplando tu sonrisa
tras haber besado tus cálidos "labios",
tras haber "devorado" tu enmaraño vello,
es la mejor ambrosía que se puede paladear en esta vida.
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