- "Soltadme; pues soy útil para los hombres, despertándoles de noche para sus actividades".
Por tanto ellos dijeron:
- "Pues por esto con mayor razón te vamos a sacrificar; pues despertando a aquellos, no permites que nosotros robemos"
Cierta vez, un náufrago fue arrojado a las orillas de una playa tras hundirse su barco. Al llegar, se quedó dormido por la fatiga, pero no tardo mucho en despertarse, y al ver al Mar,
le recriminó por seducir a los hombres con su apariencia tranquila,
para después que hayan embarcado sobre sus aguas, se enfurezca y los
hagan perecer.
Un hombre se hizo amigo de un sátiro. Llegó el
invierno y con él el frío; el hombre arrimaba las manos a la boca y
soplaba en ellas. El sátiro pregunto que por qué lo hacía. Respondió que
se calentaba la mano a causa del frío. Luego les sirvieron los
alimentos cogiéndolos a trocitos, los acercaba a la boca y soplaba en
ellos. Le preguntó otra vez el sátiro el por qué lo hacía. Contestó que
enfriaba la comida porque estaba muy caliente.
Un
médico ignorante trataba a un enfermo; los demás médicos habían
asegurado que, aunque no estaba en peligro, su mal sería de larga
duración; únicamente el médico ignorante le dijo que tomara todas sus
disposiciones porque no pasaría del día siguiente.
Habia en el hospital donde un doctor le preguntaba a un enfermo, cuales eran los síntomas de su mal que el padecia, a lo que el enfermo le contestó:
Paseabamos y nos dejabamos
llevar por esa brisa,
Pero el tiempo...
que es prisa, nos alejó de nuestra ilusión..
¡Solo espero ese día!
Porque aquel presente
es ahora solo pasado.
Y tu asusencia infinita
que daña mi corazón
¡Solo espero ese día!
En el que tu mirada
de nuevo encontraría,
Porque tu seras siempre, mi amor
Acaso lo dudabas?,
¡Solo espero ese día!
Para dejar correr como ríos,
nuestros sentimientos... los tuyos y los míos.
Cierta vez cerca a un bosque crecían juntas un abeto y un espino en perfecta armonía, hasta que cierto día la paz entre ellos acabo y discutían como enemigos mortales